La respiración cardiopulmonar (RCP) es una práctica que salva muchas vidas si se hace bien y a tiempo.
Debemos realizar la maniobra de RCP cuando notamos que nuestra mascota no tiene pulso ni se siente la respiración.
Los mejores lugares para controlar el pulso de un animal son en el interior del muslo, debajo del tobillo o donde el codo izquierdo toca el pecho. Esto se controla con el dedo índice.
Otra señal de alarma es cuando nuestro amigo canino tiene las pupilas dilatadas y no responden a la luz directa, y cuando sus labios y encías se tornan de color grisaceo.
La mejor forma de darle respiración a un animal que no respira por si mismo es, al igual que los seres humanos, tapando con nuestra boca su nariz y su boca, y soplando aire dentro de ellas.
Otra de las maniobras de resucitación de la denominada de Heimlich, que se da en caso de que el aire que le suministramos no le llegue a los pulmones cuyo motivo puede ser algún tipo de obstrucción.
Ante cualquier caso de necesidad de realizar las maniobras mencionadas, hay que tener en cuenta que sabemos hacerlo y lo hacemos bien, porque un pequeño error puede ser fatal para el animal.
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